El Balonmano Atlético de Madrid y el Barcelona Intersport tratarán de dar este domingo (20.15) el primer golpe de autoridad de la temporada con la conquista de la Supercopa de España, en un duelo en el que, además del primer título en disputa, se pondrá en juego la vigencia de una rivalidad, que se confía que sirva para revitalizar la Liga ASOBAL.
Ninguno de los más de dos mil espectadores que el 5 de febrero de 1986 vieron alzarse en el Palacio Municipal de los Deportes de Alicante al Atlético de Madrid con la primera edición de la Supercopa, tras imponerse por 27-22 al Barcelona, podían imaginar que rojiblancos y azulgranas tardarían veinticinco años en volver a pelear por el título.
Un cuarto de siglo en el que las dos leyendas del balonmano español han transitado por caminos diametralmente opuestos, ya que si el Barcelona no desaprovechaba el desplome de la Europa del Este para convertirse en el club más laureado del continente, el Atlético iniciaba una decadencia institucional, económica y deportiva que le llevaría ocho años más tarde a la desaparición.
A esta larga travesía, curiosamente, ha puesto fin la crisis económica, la necesidad del Balonmano Ciudad Real, el único capaz de quebrar en los últimos años la hegemonía del conjunto catalán, de encontrar nuevos sustentos financieros, que ha acabado por forzar el traslado del equipo manchego a la capital de España para heredar la legendaria camiseta del Atlético de Madrid.
Mañana no vestirán la elástica rojiblanca en el Palacio de Vistalegre de Madrid mitos como Lorenzo Rico o Cecilio Alonso, pero sí algunos de los mejores jugadores del panorama internacional, en un reedición de la última final de la Liga de Campeones, que coronó al Barcelona como el mejor equipo continental.
Como ocurrió el pasado mes de mayo en Colonia, es probable que sean los pequeños detalles los que decidan un partido entre dos conjuntos que se conocen a la perfección, tras repartirse el pasado curso -el Barcelona se alzó con la Liga y la Copa de Europa, mientras que el Atlético ganó la Supercopa, la Copa del Rey y la Copa ASOBAL- todos los títulos del calendario nacional e internacional.
¿Volverá a ser el portero bosnio Danjel Saric, el héroe del Lanxess Arena, la clave del triunfo de los de Xavi Pascual? ¿O en esta ocasión será el atlético Arpad Sterbik el vencedor de un duelo, en el que con el permiso del francés Thierry Omeyer, estará en juego el título de mejor portero mundial?
Aunque quizá el protagonismo recaiga en alguno de los nuevos fichajes, como el gigante danés Nikolaj Markussen, en cuyo poderoso brazo confía el Atlético para superar la rocosa defensa barcelonista, más sólida que nunca con la llegada del internacional español Viran Morros, que se medirá por primera vez a los que hasta el año pasado fueron sus compañeros de equipo.
Sin olvidar a "clásicos" como los extremos azulgrana Juanín García o Víctor Tomás, piezas básicas en el esquema de juego del Barcelona, al igual que lo es en los planes de Atlético el irundarra Julen Aguinagalde, elegido la pasada campaña nuevamente como mejor pivote de la Liga ASOBAL.
Los jugadores que llegarán a la final de la Supercopa en perfectas condiciones, como ha quedado demostrado durante la pretemporada, en la que el Barcelona tan sólo ha cedido un empate (24-24) ante el Chambery francés en el torneo de Doboj, mientras que suma una única derrota (32-30) ante el Chekhovskie Medvedi ruso en el trofeo de Dessau.
Son argumentos suficientes para que los organizadores confíen en llenar el Palacio de Vistalegre y establecer un nuevo récord de asistencia a un partido de balonmano en España, que otorgue el impulso decisivo al renacido Atlético de Madrid y a una ASOBAL, que aguarda que el reverdecer la rivalidad atleti-barça sirva para revitalizar la competición.