El viejo anfiteatro de la Casa de Campo se convierte en aula para un instituto cercano
Profesores y alumnos dan utilidad a un recinto que vio tiempos mejores y que hoy se encuentra abandonado
P.O.
Hubo dos anfiteatros en la Casa de Campo. El más grande de todos yace bajo lo que hoy es el Madrid Arena. El otro, más reducido, aún está a la vista. Su estado de conservación, como muchos de los edificios que conformaron la Feria del Campo de Madrid, deja bastante que desear, como lamentan en la Plataforma Salvemos la Casa del Campo.
Que el anfiteatro no luzca como en los años 60 y 70 no impide que sus gradas puedan ser usadas de vez en cuando. Frente a él está el IES 'El Lago', un centro de Formación Profesional de la Comunidad de Madrid especializado en informática, comunicación, administración de empresas y marketing.
En estos tiempos de pandemia, en los que se recomienda ventilar las aulas, algún docente de 'El Lago' ha decidido que, mientras el tiempo lo permita, sus clases se pueden impartir en el exterior. Y el anfiteatro reúne los requisitos mínimos para dar clase. Permite al profesor o profesora ocupar un lugar central, los alumnos pueden sentarse aunque sea en escaños de hormigón y el entorno arbolado bien venteado renueva el aire continuamente.
Un grupo de voluntarios de la citada plataforma se ocupa de limpiar de vez en cuando este hemiciclo y su entorno. Están empeñados en que no se pierda del todo este recinto, que se conozca cuál fue su razón de ser y que sea utilizado con respeto.
El anfiteatro fue una de las construcciones realizadas para la celebración de la Feria Internacional del Campo, la exhibición agrícola y ganadera que la Dictadura organizó entre los años 1950 y 1975 en Madrid. Tras la última edición todo el espacio y sus equipamientos fueron languideciendo.
Proyectos frustrados
Las sucesivas corporaciones municipales han tratado de recuperar y dar utilidad a algunos edificios. Fracasó la 'Ciudad de los Niños' de los años 80 y poco a poco se han ido cerrando casi todos los pabellones provinciales que albergaron restaurantes en el Paseo de la Restauración.
Una de las excepciones es el 'Pabellón de los Hexágonos', obra de José Antonio Corrales y Ramón Vázquez Molezún, que ganó la Medalla de Oro en la Exposición Universal de Bruselas de 1958. Este edificio vanguardista se encuentra en la actualidad en proceso de rehabilitación.