Así es el duro confinamiento en Shanghái por el covid contado por un periodista español

  • El severo confinamiento exaspera a su población
Confinamiento en Shanghái
Confinamiento en Shanghái |EFE

Shanghái está endureciendo aún más sus estrictas medidas de aislamiento por la controvertida política de cero-covid, que ha dejado a millones de personas confinadas en sus casas encerrados.

El testimonio de Víctor Escribano, corresponsal de la Agencia Efe en Shanghái, a través de su perfil en Twitter es terrorífico.

"Shanghái. Tras 56 días de encierro, 17 PCR y 37 test de antígenos TODOS NEGATIVOS, ayer ya fue nuestro peor día, con diferencia, desde que comenzó todo esto. Nuestro peor día por ahora, claro, porque ya no sabemos qué será lo siguiente que se les ocurra. Os cuento...", narra Víctor Escribano.

Shanghái / EFE
Shanghái |EFE

Escribano en su red social escribe: "En este hilo ya os había contado todo el show de las últimas PCR, mis reservas sobre cómo las están organizando y lo atónitos que estamos ante las nuevas medidas que se les están ocurriendo tomar para conseguir el dichoso "covid cero".

"Bueno, pues ayer por la tarde, mi mujer me dice "mira el WeChat". Me meto en el grupo del edificio y veo que, tras la detección de cuatro nuevos contagios el fin de semana, dicen que no solo se van a llevar a los positivos, sino que las autoridades están llamando a varios pisos...", añade el periodista español.

Shanghái / EFE
Shanghái |EFE

Y ahí no para su odisea: "... para llevárselos también a cuarentena. Gente que ha dado negativo, pero que ahora los consideran "contactos cercanos" según unos criterios de rastreo que nadie sabe explicar, que yo no encuentro publicados en ninguna parte y que cambian constantemente y de un día para otro".

"El finde había leído a varias personas que aseguraban que, en sus urbanizaciones, se estaban llevando también a cuarentena a los vecinos de arriba, abajo y al lado de los contagiados. He leído también que se han llevado a edificios o incluso a urbanizaciones enteras", prosigue Escribano.

Shanghái / EFE
Shanghái |EFE

Cuenta que: "Yo llegué a China por primera vez en 2016. No soy un recién llegado y ya sé más o menos por dónde van los tiros. Pues, con todo y con eso, pensé que eran rumores, casos aislados o situaciones excepcionales. ¿Cómo iban a llegar a hacer eso? Pues... me equivocaba".

"De un momento a otro, en nuestro grupo de WeChat, ya eran al menos 9 los pisos que habían recibido la llamada de las autoridades sanitarias avisándoles de que les iban a llevar a cuarentena. Algunos de ellos decían que les habían confirmado que se llevaban a todo el edificio".

Ciudadanos chinos en una azotea / TWITTER
Ciudadanos chinos en una azotea |TWITTER

Pánico e histeria: "Todo era pánico e histeria, y nosotros, que ya estamos tocados después de casi dos meses de arresto domiciliario, confinamiento preventivo, caímos también. Había gente pasando fotos de sus maletas a medio hacer; otros, como nosotros, preocupados por sus gatos".

"Os podéis imaginar el panorama. Yo perdí los nervios, a mi mujer le dio otro ataque de ansiedad y se pasó media hora llorando en mi hombro mientras no paraba de repetir "quiero irme a casa". Una tía hecha y derecha que lleva años en el extranjero (China - Kenia - China de nuevo)", añade.

Policías chinos detienen a un hombre que se saltó el confinamiento / TWITTER
Policías chinos detienen a un hombre que se saltó el confinamiento |TWITTER

Confiesa Escribano que "eso es lo que están consiguiendo. Romper mentalmente incluso a gente dura de roer y con años de experiencia viviendo en sitios que no son fáciles. Nunca habrá estadísticas de esto, pero estaría interesante estudiar la factura para la salud mental de un confinamiento como este".

"Al final, cuando llegó la noche y pararon los lloros, se calmaron los nervios y parecía que al final no nos había tocado la lotería, nos sentimos absolutamente derrotados, agotados. Al menos, la gata está bien, que ya es un poco el último clavo ardiendo al que nos aferramos. Solo nos queda esperar, rezar y aguantar. Porque, de verdad, ya no sabemos qué será lo siguiente", concluye.