Ese contraste en el tiempo no viene mal, pero preocupa. Es decir, el sol nos gusta, pero no hay que olvidarse de las consecuencias de la falta de precipitaciones: escasez de agua y aumento de la boina de contaminación e incluso descenso de la venta de prendas de abrigo... De una forma o de otra, las terrazas en pleno enero, siguen recibiendo gente