16 estudiantes de las 8 escuelas oficiales de hostelería de Madrid compiten por conseguir la mejor tapa, servir la mesa perfecta, o ser capaces de distinguir de qué cerveza se trata en una cata a ciegas. Participan en un campeonato en el que queda demostrado que ser camarero es mucho más que servir un refresco en un vaso con hielo y limón.