El simple gesto de darse un beso a plena luz del día entre personas del mismo sexo lamentablemente supone jugarse el tipo en muchos países del mundo. A día de hoy, los gestos de cariño entre homosexuales comportan penas de cárcel en 72 países, y en 13 de ellos implican penas de muerte.
El Muro de los Besos Prohibidos ha estado instalado en la Plaza de Pedro Zerolo, y se ha solidarizado con aquellas personas que viven en lugares donde la reivindación y la fiesta del Orgullo LGTBI aún no son posibles.