Los volúmenes imposibles, las fantasías imperiales y las colas 'sirena varada' han dejado paso esta noche en la alfombra roja de la XXVI edición de los Goya a la elegancia 'cool', la comodidad, y la belleza luminiscente de unos candidatos que, en la mayoría de los casos, a duras penas llegan a los 30 años.