Aplausos, gritos de Benedicto, Benedicto y mucho cariño de los 150.000 fieles hacia el Papa, en su última audiencia pública como Pontífice antes de que mañana se haga efectiva su renuncia... Conmovido, como reflejaba su rostro, Benedicto XVI ha asegurado que nunca se ha sentido solo, que su renuncia no significa que pase a una vida privada, sino que seguirá acompañando a la Iglesia con su oración.