En Cataluña, hoy jornada festiva, la tradición manda que los padrinos regalen a sus ahijados una mona de pascua. Empezó siendo un bollo con azúcar y hoy son esculturas de chocolate que requieren mucho trabajo, horas y dedicación. Los niños las piden de sus personajes preferidos y los pasteleros agudizan el ingenio. El gremio prevé aumentar las ventas un 2% respecto al año pasado.