A comienzos del siglo XVI había, en lo que hoy se conoce como el Mercado de la Cebada, un conjunto de puestos al aire libre donde la gente hacía su mercado o compra diaria, pero no fue hasta finales del siglo XVIII cuando el aumento de habitantes en la ciudad hizo que se pensara en la posibilidad de hacer un mercado de abastos, preparado para proporcionar higiene a los mismos.
Las obras comenzaron en el año 1870 y finalmente se inauguró el 11 de junio de 1875 por el rey Alfonso XII. El mercado llegó a ser a comienzos del siglo XX uno de los más importantes de Madrid.
Hoy, tras muchos avatares y no pocos problemas con el Ayuntamiento de Madrid durante la última década, el mercado sigue en pie, reinventándose, con un aspecto exterior renovado y cosmopolita y dirigido por una cooperativa compuesta por más de un centenar de trabajadores.
Cuenta con unos 150 puestos aproximadamente (todos clásicos y de barrio, los indispensables: charcutería, frutería, carnicería, pollería… También encontramos zapatero, algún puesto gourmet, cafetería… ) y se ha convertido en un símbolo de tradición entre los mercados de los barrios más castizos de la capital.