Jóvenes, con idiomas y don de gentes, pero sin trabajo han encontrado un sector donde buscarse la vida. Enseñar nuestra ciudad a los turistas que nos visitan. Lo hacen de forma gratuíta, pero se aseguran de recibir buenas propianas. Así se ganan el sustento. Son los guías "freelance" que proliferan por el centro de Madrid.