Aunque apenas se pueda distinguir, es la ciudad australiana de Sydney. Por segundo día consecutivo ha amanecido cubierta de una espesa niebla que ha obligado a suspender numerosos vuelos internacionales y a desviar el tráfico aéreo a otras ciudades. También se ha interrumpido la circulación de ferrys. Finalmente la niebla se ha disipado, pero continúan los retrasos en los transportes.