De la idea a la realidad sin pasar por una fábrica. Piezas únicas como el juguete que ha salido de la cabeza de Sara y de una impresora 3D. Antes diseñar un prototipo costaba unos 5000 euros. Ahora, apenas 30 euros al mes, lo que cuesta compartir espacio. Son los makers, la tercera revolución industrial, y cada vez hay más en Madrid.