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La ruta de los antiguos molinos de La Hiruela es un itinerario semiurbano que ofrece un tranquilo paseo en el que se puede disfrutar de bellos parajes serranos y de la visita a un molino restaurado con su maquinaria original. Circular y de apenas 4 kilómetros de recorrido y muy poca pendiente acumulada, se puede recorrer en una hora y media de duración y se adapta perfectamente a un público familiar.

La senda comienza en la misma plaza de San Miguel, en pleno centro de la localidad. En ella se encuentra la iglesia parroquial, barroca del siglo XVII, que bien merece también una visita. Sus muros son de mampostería, tiene una pequeña espadaña a los pies y una sola nave con arco triunfal de medio punto, capilla mayor con bóveda de cañón y coro alto. Aunque el interior fue rehabilitado prácticamente en su totalidad, conserva una antiquísima pila bautismal y la escalera de caracol de acceso al coro. Además, durante las obras, se recuperaron unas antiguas pinturas en el ábside del altar.

Volviendo a la ruta, hay que bajar por la calle del Pilón, a la izquierda del templo, para llegar frente a un panel informativo que explica el itinerario y continuar por el sendero de tierra que parte a mano izquierda. El camino está señalizada con marcas blancas y rojas. Este primer tramo del recorrido discurre por el antiguo camino que los vecinos de La Hiruela utilizaban para ir a El Cardoso de la Sierra, en la provincia de Guadalajara. A lo largo de unos 500 metros encontraremos nogales, melojos, saúcos y cerezos silvestres. El camino gira a la derecha y llegaremos al arroyo de la Umbría, que hay que cruzar poco después para seguir por la margen izquierda. El sendero atraviesa un frondoso bosque de enormes melojos y robles albares en el que también se ven numerosos helechos.

Mapa de la ruta

La ruta comienza a descender poco a poco y a acercarse al río Jarama, que en este punto hace de límite natural entre Madrid y Guadalajara. Tras 1,8 kilómetros, llegaremos frente a un puente de madera levantado sobre el Jarama que no hay que cruzar, puesto que en esa dirección se encuentra El Cardoso. El recorrido continúa por la derecha, junto a la orilla del río y cauce abajo, entre abundante vegetación de ribera –álamos blancos, sauces, abedules y chopos. A partir de este punto, la señalización correcta cambia a color azul y naranja.

Poco después, se llega a un prado donde se encuentran las ruinas del antiguo molino de Juan Bravo, uno de los puntos de interés de la ruta. De él quedan las paredes y una antigua piedra de moler. Más adelante, hay un puente de cemento que hay que cruzar para continuar el itinerario por la margen izquierda del Jarama. Tras recorrer 680 metros desde que se cruzó el puente, aparece una pequeña presa en el río. Este punto es el más complicado de la ruta, pues el cauce debe cruzarse por las piedras que forman la presa. En verano, apenas hay agua, pero en otras épocas del año hay que extremar las precauciones ya que las piedras mojadas son muy resbaladizas.

Nada más salvar la presa, ya se ve a lo lejos el famoso Molino Harinero de La Hiruela. Para llegar hasta él, únicamente hay que cruzar un pequeño puente situado a mano derecha. El Molino Harinero se levanta junto al Jarama y, antaño, aprovechaba las aguas del río para moler centeno, cebada, maíz o bellotas. Era comunal y se alquilaba a un molinero para que se ocupara de él. Estuvo en funcionamiento hasta aproximadamente la década de 1960

y, en la actualidad, se ha recuperado y en él se distinguen a la perfección las distintas partes que hacían posible su funcionamiento: el caz, el cubo, el rodezno, la muela superior, la muela inferior, las piedras y la molienda.

En su entorno, poblado de chopos, cerezos silvestres y saúcos, hay un aula ambiental y una zona recreativa. Desde este punto, el regreso se realiza por una puertecita de madera que hay, según se ha accedido al molino, a mano derecha. Tras pasar la puerta, se ascienden unos pocos metros por unas rocas y, a la izquierda, hay otra puerta idéntica que también hay que pasar. Después, se continúa por el sendero en todo momento hasta llegar a un punto en el que se ramifica. Para volver al pueblo hay que ir hacia la derecha y ascender por una torrontera que, en épocas de lluvia, puede llevar algo de agua. Por el camino de la izquierda, se llega a la Carbonera –donde, antiguamente, los vecinos del municipio hacían el carbón vegetal–. Tras recorrer subir otro medio kilómetro por la torrontera, comienzan a verse las primeras viviendas de La Hiruela y se llega a una vía asfaltada, la calle de las Dehesas, por la que debe seguirse de frente para llegar, finalmente, a la Plaza de San Miguel, donde termina la ruta.