El tomate de verdad bien merece una fiesta, como la que celebran este sábado en Orusco de Tajuña a modo de homenaje a los hortelanos y a los productos que cultivan con esfuerzo y mucho trabajo.
Ningún sitio mejor en la Comunidad de Madrid como Orusco para celebrar un fiesta dedicada a este producto, ya que, desde antaño, sus habitantes son conocidos con el sobrenombre de "tomateros".
Desde muy temprano, los visitantes podrán disfrutar de un sinfín de actividades para todas las edades como la tradicional cata y concurso de tomates, talleres de conservas, intercambio de semillas, visita a las huertas o rutas en bici, así como mesas redondas y conferencias sobre asuntos relacionados con la horticultura, los huertos ecológicos o el futuro de la agricultura.
Además, durante la jornada festiva estará abierto al público al mercado agro-artesanal organizado por Asociación Hortelanos de Villamanrique de Tajo y Hortelanos de Orusco, donde se podrán comprar todo tipo de hortalizas.
UN TOMATE ESPECIAL
El Tomate de Orusco es muy carnoso y jugoso, con piel suave y profundo sabor a planta. Redondo y un poco achatado, con boca pequeña, cara rojiza y culo ancho tirando a verdoso hasta su media maduración. Rasgado como si quisiera reventar gracias a su gran cantidad de carne, pocas pepitas y menos churre, sin durezas internas, especial para ensaladas y en su madurez muy rico y conveniente para conservar.
Tradicionalmente, con la llegada de la primavera, los agricultores de la localidad preparaban las ollas o semilleros para obtener los plantones del preciado tomate de Orusco y otros productos hortícolas: judías, pepinos, pimientos, lechugas, calabacines, cebollas...
Los plantones son trasladados posteriormente a los huertos de la vega o parajes cercanos y el resto lo hace el agua abundancia y de calidad, además de las manos expertas de sus cuidadores. El resultado son auténticos vergeles en los que crecen estos productos que son el principal medio de vida de sus vecinos.
Los últimos tomates se recolectaban verdes o pintones y eran depositados en el suelo de las bodegas en camas de paja que los conservaban varios meses hasta casi llegado el otoño. Y no era la única manera de conservar tan preciado producto, también se guardaban en botes al baño maría, fritos, enteros, triturados... Una excelente reserva para el tiempo frío.
Cuándo: Sábado 6 de septiembre.
Dónde: Parque Felipe Rivas, Orusco de Tajuña
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