El ERE, el capítulo más triste de la historia de Telemadrid

Este relato no es sencillo de escribir. En toda historia, hay momentos buenos y malos y este es quizá el capítulo más negro de Telemadrid en sus 30 años de vida. Trata de un ERE doloroso que provocó la salida de 829 trabajadores de la cadena pública. Trata de unos despidos considerados judicialmente “no ajustados a derecho”. Trata de una herida difícil de cicatrizar.

Fue en diciembre de 2012 cuando este ERE empezó a coger forma. En su plan financiero para esos años, motivado por la crisis económica de entonces, la Comunidad de Madrid decidió tomar medidas de austeridad en el sector público y Telemadrid entró en sus planes para reducir gastos. Para el Gobierno regional de Ignacio González, las cuentas no cuadraban y argumentó esos motivos económicos para tomar la decisión más dura posible.

Un informe sobre el Proceso de adecuación de la Estructura Empresarial del Ente Público entendía que Telemadrid debía adaptarse a la situación del mercado audiovisual y propuso para ello el despido colectivo de 925 trabajadores de los 1.161 que formaban la plantilla. El 80%. En diciembre de 2012 se abrió el periodo de negociaciones entre empresa y sindicatos. Un total de once reuniones que acabaron sin éxito alguno. Entre medias, movilizaciones de los trabajadores y protestas tan conocidas por los madrileños como las emisiones en negro que se sucedieron durante aquellas semanas de forma habitual. Aquellos días, aquellas semanas, no fueron fáciles para nadie.

Sin espacio para un entendimiento claro, el ERE se cerró a principios de enero de 2013, afectando finalmente a 829 trabajadores. Cifra ampliada por los sindicatos a 861, pues incluyen a los compañeros que por aquellas fechas acababan con la empresa su contrato de obra y servicio. Las cartas de despido empezaron a llegar el 12 de enero. Hubo departamentos que desaparecieron por completo.

Protesta de los trabajadores de Telemadrid por el ERE

En aquel año Ignacio González definía este ERE como una decisión “dura, nada agradable, pero responsable” para mantener la “viabilidad” de Telemadrid, entendiendo que la ley no permitía que hubiera déficit en el ente y que el desfase presupuestario era “de varias decenas de millones de euros”. También comparaba la situación de Telemadrid con otros medios de comunicación, que por aquellos años se vieron obligados a realizar despidos colectivos en el marco de la crisis económica.

Sin embargo, desde los sindicatos se ve de forma distinta. Luis Lombardo, presidente del comité de empresa de Telemadrid, afirma que en el ERE no solo hubo motivaciones económicas. “Fue producto de una campaña de desprestigio contra Telemadrid desde que Esperanza Aguirre se convirtiera en presidenta de la Comunidad de Madrid en 2003 y hasta 2012”, afirma. Lombardo señala que en esa década la cadena pública madrileña sufrió un importante deterioro de imagen, con una gestión desastrosa y con un uso ideológico partidista sin precedentes al “inflar la plantilla con gente afín” al Gobierno regional. “Con ese desprestigio, era fácil justificar ante los madrileños ese ERE y que no había vuelta atrás”, añade Lombardo. Sentencia, además, que en la “larga batalla” los trabajadores siempre han tenido como principal objetivo no solo defender sus puestos de trabajo, sino también “defender el servicio público”.

En los tribunales

Volvemos a 2013, pues el ERE fue impugnado por cada una de las secciones sindicales con presencia en Telemadrid (CCOO, UGT y CGT) en procedimientos que fueron acumulados en uno solo. La resolución del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) no se hizo esperar y en la primavera de ese año declaró el ERE “no ajustado a derecho”, pues entendía que la causa económica alegada no justificaba tal volumen de salidas, una desproporción que terminaba por calificar los despidos como improcedentes. Antes de conocer la resolución del TSJM, Ignacio González amenazó con cerrar Telemadrid si el juez obligaba a readmitir a los despedidos. La causa, recurrida tanto por la empresa como por los sindicatos, llegó al Tribunal Supremo, que en junio de 2014 respaldó la decisión del TSJM.

Por tanto, despidos improcedentes que tuvo que reconocer Telemadrid, viéndose obligada a ofrecer a la mayoría de los trabajadores despedidos la indemnización legal que les correspondía, complementando la ya recibida.

Manifestación en 2016 de trabajadores de Telemadrid pidiendo su readmisión

Además, se consideraros nulos los despidos de los representantes de los trabajadores y de empleados pertenecientes a situaciones especialmente protegidas como embarazos, bajas de maternidad y paternidad o reducciones de jornada. Así, cerca de 60 personas de estos colectivos han sido reincorporadas a la plantilla con el paso de los años.

De los 829 empleados afectados por el ERE, en enero de 2017 se habían cerrado definitivamente 772 procedimientos. Otros 56 quedaban pendientes de distintos recursos que a fecha de hoy están prácticamente cerrados. En la actualidad, solo queda un pleito, suspendido sin fecha para su resolución.

Nueva etapa

Más allá de las cifras, el ERE dejó una herida, como decíamos al principio, difícil de cicatrizar. Se quedaron atrás años de tensión, de movilizaciones, de incertidumbre. Solo el paso del tiempo ha logrado sanar en parte una situación traumática como es un despido colectivo. Pero no se olvida. Ejemplo de ello es la concentración que en enero de este 2019, con motivo del sexto aniversario del ERE, se realizó a las puertas de Telemadrid.

Luis Lombardo afirma que la cadena pública vive de nuevo “un momento ilusionante”, con “gente nueva” que está recuperando las “buenas sensaciones de los 90”, cuando Telemadrid daba sus primeros pasos y era todo un referente para los madrileños. En todo caso, advierte que hay que estar vigilantes para que la empresa no vuelva a vivir una situación parecida. “Estamos demostrando que podemos hacer un medio público plural y con un presupuesto ajustado”, concluye.