El sombrerete del ahorcado

La calle Sombrerete, en pleno barrio de Lavapiés tiene un historión que ya quisieran haber inventado los guionistas de Hollywood más aventureros. Y quién mejor que Lorena Berdún para contárnoslo.

Remontémonos con la imaginación a aquellos fascinantes, peligrosos y extraños finales del siglo XVI. Un listo, un medio mangante portugués llamado Gabriel de Espinosa, conocido como El pastelero de Madrigal, tuvo la brillante y poco meditada idea de suplantar a Sebastián I, rey de Portugal, que estaba desaparecido en África a causa de una guerra. En esta trama palaciega bastante chusca le ayudó doña María Ana de Austria, sobrina de Felipe II. También estaba en el ajo un tal fray Miguel de los Santos, un cura agustino portugués que había sido confesor del Rey desaparecido. ¡Vaya trío calavera!

Los pillaron con las manos en la masa, no hace falta ni decirlo. Como consecuencia de esta rocambolesca conjura los tres implicados fueron condenados a diferentes penas. Espinosa fue ahorcado en la Plaza Mayor de Madrid y su cadáver fue decapitado y descuartizado. El resto de cómplices no corrieron mejor suerte...

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