La Plaza de la Cebada: Lugar de ejecuciones

La Plaza de la Cebada, hoy tan modosita, fue escenario de multitud de ejecuciones. La gente quedaba para verlas como quien hoy queda para ir al cine. Allí murió a garrote vil el famoso bandolero Luis Candelas. Sus últimas palabras fueron: “Adiós patria mía, sé feliz”, aunque sospechamos que pensaba: “A ver si se estiran los de mi banda y me salvan en el último momento.”

Otro insigne ejecutado aquí fue el general Riego. Un bravo soldado que luchó en la Guerra de la Independencia contra los franceses. Luego se sublevó contra Fernando VII y, aunque al principio le fue bien, acabó perdiendo por goleada cuando vinieron los Cien Mil Hijos de San Luis. Riego fue ahorcado en La Cebada y decapitado. Los madrileños que le habían aclamado acabaron jugando al fútbol con su cabeza.

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