Gestos universales

La llevamos impresa en los genes: un bebe ingles; un corrupto funcionario suizo o un dictador coreano, la cara de desagrado es la misma. El ceño fruncido, los labios apretados, la barbilla alta en muchas ocasiones, en señal de rechazo, da igual nuestra raza o idioma. Psicólogos de la Universidad de Ohio emparentan este gesto universal con el mecanismo de supervivencia de la especie.