En el Carrascal, la muerte de Felisa ha caído como un jarro de agua fría.
La anciana, de 86 años, acudió en la noche de este miércoles a casa de su hijo Antonio, pasadas las nueve de la noche. Hasta el portal le había acompañado su otra hija. Media hora después los vecinos empezaron a escuchar ruidos en el rellano.
Felisa estaba en el suelo rodeada de sangre. Los primeros en llegar a la avenida de Portugal de Leganés fueron los policías, que intentaron reanimarla. Veinte minutos después el SUMMA 112 certificaba su muerte.Antonio, de 55 años, fue atendido por un ataque de ansiedad. La Policía vio algo sospechoso. Tiene antecedentes por maltrato a su madre, que siempre acababa retirando las denuncias.
Esos son los indicios que han llevado a la Policía Nacional a detenerlo.
La autopsia de Felisa será clave para determinar si la mató a golpes.
