El metro de Madrid es una ciudad subterránea donde suceden millones de cosas y se crean millones de historias cada día. Conocemos, por ejemplo, a Cristina y Conchi, quienes llevan trabajando más de 30 años en las catacumbas de la ciudad y han vivido experiencias que jamás olvidarán.
Maniobras de reanimación de urgencia, salvadoras de vidas, celestinas... incluso matronas en partos improvisados.
Sin ellas y su labor, el metro madrileño no sería lo mismo, más que chatarra y aglomeración.
