Viernes Santo atípico en Madrid, la procesión se vive por dentro

Un Viernes Santo melancólico para los más devotos sin la procesión del Jesus de Medinaceli ni Alabarderos. Calles desiertas que en circunstancias normales estarían a rebosar.

Puerta cerrada y una vela. No hay un alma. A las ocho de la tarde se tendrían que abrir las puertas de la Colegiata de San Isidro.

La calle Toledo tendría que estar llena de fieles para acoger a la Esperanza Macarena y a Jesús de Medinaceli.

Imágenes desoladoras de silencio y calles vacías

Miles de devotos que deberían estar esperando a los pasos. Imágenes desoladoras de silencio y calles vacías de una Semana Santa que vamos a tardar en olvidar.

Pero tampoco se han podido disfrutar en la madrugada de otras procesiones características como la del Cachorro de Sevilla o los Legionarios en Málaga.

España entera vive la procesión por dentro pero son numerosas las iniciativas que pretenden seguir manteniendo la tradición en tiempo de confinamiento.

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