Juncker arremete contra el "nacionalismo miope" porque es un veneno pernicioso"

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha arremetido este miércoles contra el "nacionalismo miope" porque, ha dicho, es una "mentira evidente y un veneno pernicioso", al tiempo que sí ha considerado una "virtud" el patriotismo si se entiende que su dimensión nacional y la europea no son excluyentes y han de ir de la mano.

"Quisiera que todos dijéramos no al nacionalismo insano y que dijéramos sí al patriotismo iluminado", ha declarado Juncker durante su discurso sobre el Estado de la Unión Europea pronunciado en el pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo (Francia).

Juncker ha querido dejar claro que el patriotismo es una "virtud" y que su dimensión nacional no excluye la europea, porque el patriotismo que defiende "no se dirige contra nadie". "Amo mi país, pero no odio a los demás. No quiero vivir en un mundo de rechazo y odio", ha replicado a un eurodiputado crítico con su exposición.

El jefe del Ejecutivo comunitario también se ha referido a las amenazas para el Estado de derecho en la Unión Europea, en una referencia sin nombrarlos a Hungría y Polonia, bajo la lupa europea por la deriva autoritaria de sus Gobiernos.

Por otra parte, ha hecho una defensa del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TUE) y advertido de que sus sentencias deben ser cumplidas. "La Unión Europea es una comunidad de derecho, el respeto de las normas de derecho y el respeto de las decisiones de justicia no son una opción, sino una obligación", ha añadido.

RECHAZA ATAQUES AL ESTADO DE DERECHO

"La Comisión se opone a todo ataque al Estado de derecho. Estamos preocupados por la evolución de los debates en algunos de nuestros Estados miembros", ha dicho, para después defender que el artículo 7 del Tratado de la UE --mecanismo para proteger los valores y principios de la UE-- debe activarse ahí en donde el Estado de derecho esté en "peligro".

Precisamente en este pleno los eurodiputados deciden si dar el paso para activar el artículo 7 contra Hungría, en respuesta a la deriva autoritaria del Gobierno de Viktor Orban, quien el martes acusó a la Eurocámara de "chantaje" y avisó de que no va a cambiar sus políticas.

Durante su intervención ante los eurodiputados, Juncker ha mostrado su preocupación por las declaraciones "polémicas" e "hirientes" que ha detectado entre Estados miembros cuando están en desacuerdo, algo que frena el avance del proyecto europeo. Y así ha alertado del modo en que algunas de estas voces atacan también a los medios y a los periodistas para censurar los debates. "Europa debe seguir siendo un espacio en donde la libertad de la prensa no puede ponerse en duda", ha alertado, tras lamentar que "demasiados periodistas son intimidados y a veces incluso asesinados".

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