El retrato en 3D de Felipe IV

La Plaza de Puerta Cerrada tenía las puertas abiertas para el rey Felipe IV y sus amantes. Una de sus muchos ligues vivía en esta plaza. Laura, una viuda necesitada de cariño. Felipe IV acudía por las noches de incógnito ya que las relaciones extraconyugales eran ilegales.

La carroza levantó las sospechas del Corregidor, Un día decidió sorprender a la pareja. Se encontró a la viuda sola, pero vio que las cortinas se movían y que por debajo asomaban unos sospechosos zapatos. Le preguntó a la viuda quién había allí. Ella contestó: “Un retrato de su majestad. Es tan vivo que, acaso, su contemplación pudiera dañar la salud de vuestra señoría”.

El corregidor descorrió las cortinas y se encontró al Rey. Y con un impresionante temple torero dijo: “En verdad que jamás vi retrato tan parecido”. Hizo una reverencia y salió pitando Y aquí no ha pasado nada.

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