La arquitectura industrial en ladrillo de los mercados madrileños de las primeras décadas se puede ver perfectamente reflejado en el Mercado de Tirso de Molina.
Mercado del siglo XX, donde destaca la presencia de restos de impactos de obuses de la Guerra Civil que hacen de este mercado aún más especial.
El mercado con el paso del tiempo ha ido evolucionando, por dentro antiguamente no tenía ni puerta ni cristales, así que ponian bidones para calentarse.
También nos encontramos con dos partes bien diferenciadas. Una la tradiconal donde nos encontramos con los típicos puestos de mercado. Y otra más moderna donde se puede comer todo tipo de comidas.
