En esta ocasión, para hablar de la layenda del viaducto hay que remontarse al último tercio del S. XIX. En esta época los edificios no tenían gran altura y esta arquitectura impactó a la sociedad madrileña.
Debido a sus 23 metros de altura muchos suicidas decidieron utilizarlo para lanzarse y terminar con su vida. Sin embargo, una historia se hizo famosa y se ha convertido en una de las leyendas de la capital.
