Mi cámara y yo: Estoy como una moto

Salimos a la carretera para contar cómo se vive una pasión que viaja sobre dos ruedas y que por supuesto, no tiene edad.

En Madrid hay solamente dos clubes de abuelos moteros: los Ángeles del Imserso y Los Perros Negros. Acompañaremos a estos últimos en una de sus rutas y conoceremos a sus miembros, que van de los 63 años del más joven a los 74 del más madurito, y que lucen orgullosos cuero, metal y actitud con amigos, nietos y sorprendidos transeúntes.

También haremos una visita obligada, la del taller, para conocer la historia de Pepo, un mecánico inusual que cambió rodaballos por ruedas y que en su local de Pueblo Nuevo transforma chatarra en auténticas maravillas.

Nos uniremos a los moteros por excelencia, los que se suben a lomos de las Harleys, en una concentración que cada año reúne en el centro de Madrid a más de 1.500 de unas motos que pueden superar los 40 mil euros y cuya estética y sonido las hacen únicas.

Un mundo supuestamente de hombres en el que las mujeres van ocupando su lugar, abandonando el papel de paquete para coger el manillar. Acompañamos al grupo de chicas moteras Ladies of Harley en una de sus clásicas citas en el Dakota, un bar cargado de ruedas donde nadie pasa inadvertido.

Como contrapunto estaremos también con los usuarios de las vespas, un estilo de motocicleta que llegó a España en los años 50 y que ha sumado seguidores sin parar. Ellos se consideran los amos de la carretera y en sus clubes solo admiten modelos de chapa, nada de plástico, para recorrer el asfalto con un estilo vintage que destila rock de vinilo y tupé.

Visitaremos también el primer mercadillo de motos clásicas que llenó de historia Alcalá de Henares con modelos como el que usó Alfonso XIII o el que montó Ángel Nieto cuando ganó su primer campeonato del mundo. Y para terminar, la Guardia Civil nos llevará a conocer los puntos negros que acumulan más accidentes y controles en nuestra comunidad para conseguir así la máxima seguridad en carretera.

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