Mi cámara y yo: el gran negocio del verano

Aún no sabemos cuál será el gran negocio del verano, pero lo que está claro es que en Madrid tiramos mucho de ingenio. Desde ‘hamacódromos’ públicos para estar a la fresca, pasando por un cine en el que disfrutar de estrenos al aire libre, hasta un auténtico desierto a las afueras de la capital. Esta semana nuestro reportero Luis Vegas ha cogido su cámara para conocer los negocios de verano más sorprendentes.

El pistoletazo de salida lo han dado en el parque Finca Liana de Móstoles con una iniciativa tan divertida como veraniega. Se trata del primer ‘hamacódromo’ del país. Una idea puesta en marcha por algunos vecinos que incluso han tejido las hamacas, y que si funciona, podría ser una mina de oro.

Muy cerca del paseo de la Castellana, en la frontera entre los distritos de Chamartín y Fuencarral, encontramos el primer autocine de Madrid. Con una pantalla de 250 m2 y una ambientación que nos traslada a la América de los años 60, podremos disfrutar de una oferta de ocio diferente y de las mejores películas de estreno.

Tal vez alguno de los conductores de este autocine haya alquilado su coche gracias a una novedosa aplicación que se presenta como uno de los negocios del verano. Aseguran sus creadores que con esta propuesta de alquiler de vehículos entre particulares, unos ahorran en traslados, y otros, sacan un extra para las vacaciones.

Aunque sin duda, la apuesta segura para el verano es vender helados. Más aún si se fabrican artesanalmente siguiendo una técnica tailandesa que es todo un espectáculo. En un local cercano a nuestra Puerta del Sol se esconden estos especiales y refrescantes dulces a base de leche desnatada y yogur, mezclada con frutas, galletas, chocolate o almendras. Una sabrosa propuesta que provoca largas colas de clientes a las puertas del establecimiento.

También de Tailandia ha llegado a Madrid un original medio de transporte. Les hablamos del ‘tuk tuk’, un vehículo turístico muy habitual en Asia y que está empezando a ser muy demandado en Europa. Por 85 euros la hora, seis personas pueden recorrer nuestra capital sintiendo la brisa del verano y conociendo algunos de nuestros rincones más especiales.

Y qué mejor planta para el verano que un cáctus... Les descubrimos un auténtico desierto muy cerca del Paseo de la Castellana, una impresionante parcela de más de una hectárea en la que una farmcéutica apasionada de estas plantas creó un paraíso donde poder comprar alguna de las 400 variedades que tiene, e incluso, degustarlos en el restaurante que hay dentro del recinto. El lugar es tan espectacular que existen hasta visitas guiadas los fines de semana por este gran desierto, totalmente gratis.

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