Mi cámara y yo: Bunkerizados

Foto: Redacción |Vídeo: Telemadrid

Cada semana, un reportero del programa, Pepa Rovira, Luis Vegas, Vanessa García y Beatriz Vigil, recorren la Comunidad de Madrid para ofrecer la parte más desconocida y más cercana de la realidad, tratando siempre de ver las cosas desde otro ángulo, entrando con la cámara en la vida cotidiana de los espectadores. Una nueva temporada en la que los reporteros y los cámaras tendrán un papel protagonista.

Nunca antes los búnkeres habían despertado tanto interés como ahora. En la Comunidad de Madrid tenemos decenas de búnkeres de la Guerra Civil que servían de refugios antiaéreos, algunos tan conocidos como el del Capricho y otros recién descubiertos como el del Retiro. Y cerca de nuestra comunidad descubrimos un refugio antinuclear en un búnker privado dentro de un hotel.

En Fresnedillas de la Oliva se ha puesto a la venta una casa con un búnker de granito de la Guerra Civil por el precio de 413.000 euros. Perteneció a la abuela del dueño de la inmobiliaria que nos lo enseña, y alrededor de este fortín rodeado de trincheras se han encontrado desde casquillos de bala hasta insignias del bando nacional.

Y en el parque de El Retiro localizamos otro búnker. Es un refugio antiaéreo construido durante la Guerra Civil y en la posguerra fue utilizado para el cultivo de champiñones por su escasa luz y abundante humedad. Hasta hace poco era empleado como almacén para los servicios del jardín. Nos lo enseña y nos cuenta su historia Santiago Soria, subdirector de zonas verdes del Ayuntamiento.

Nos vamos hasta Talavera de la Reina, en Toledo, donde se encuentra el Hotel Ébora. Tiene en sus sótanos el mayor búnker antinuclear privado de España. Durante su construcción Justino Pérez, el promotor, decidió crear un búnker con capacidad para 400 personas en el año 1983, con la guerra fría todavía presente. Nos lo enseña Dolores, la gerente del hotel y nieta de su creador.

El miedo a un posible ataque nuclear ruso ha provocado que en los países europeos la población esté comprando de forma masiva pastillas de yodo. Se utilizan en caso de emergencia nuclear para bloquear la tiroides y que no pueda absorber el yodo radiactivo que se desprende. Vamos a una farmacia madrileña para que nos expliquen cómo funcionan.

Y vamos hasta una empresa especializada en equipos médicos que nos enseñan y nos dejan probarnos trajes NRBQ que protegen de la contaminación de partículas radiactivas aunque no de la radiación directa. El Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil cuentan con unidades NRBQ propias.

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