Mario, Belén, Gerardo y Lis nos cuentan por qué decidieron venirse a vivir a Madrid
Foto: Redacción |Vídeo: Telemadrid
REDACCIÓN
Los protagonistas de 'Me quedo en Madrid' decidieron cambiar su lugar de origen por nuestra región, lo que no sabían es que aquí encontrarían un hogar y que sus sueños se harían realidad.
En este capítulo, conocemos la historia de Mario, un almeriense de 42 años que vino a Madrid hace 18 años a probar suerte como actor pero esperaba convertirse en un gran empresario de éxito.
Mario nos enseña cómo es su día y a día que comienza a primera hora de la mañana en Mercamadrid, donde compra todos los productos frescos que necesita para sus establecimientos llamados 'La huerta de Almería' y en los que une la tradición familiar y la gastronomía saludable.
Tras coger todo lo necesario, nos vamos a Malasaña, donde se encuentra una de las tres tiendas que tiene en Madrid y donde nos muestra cómo son los directos que hace en sus redes sociales para enseñar a preparar estos deliciosos platos 'Plant Based' a todos sus seguidores.
'Plant Based' es cualquier dieta que se basa en consumir productos de origen vegetal.
Belén López, bailaora de 36 años, dejó su Tarragona con tan solo 10 años para cumplir su sueño en Madrid y podemos afirmar ¡que lo ha conseguido!
"Mis padres se informaron y fueron tan valientes de dar el paso"
"Me viene a Madrid porque en Tarragona, y más en la época que yo estudiaba, no había absolutamente nada de flamenco profesional y mis padres se informaron y fueron tan valientes de dar el paso", nos ha contado Belén.
Pero el éxito de nuestra protagonista ha traspasado fronteras y ha recorrido medio mundo con su arte.
Acompañamos a Belén a uno de sus lugares de trabajo, el famosísimo Corral de la Morería, el tablao flamenco más conocido de Madrid y por el que han pasado multitud de caras conocidas internacionales que no han querido perder la oportunidad de disfrutar de un buen espectáculo a su paso por la capital.
Y del escenario a las clases en Embajadores, donde Belén enseña flamenco a sus alumnos.
Gerardo Portilla viene de mucho más lejos. Estudió Robótica en el CSIC de Perú y llegó a Madrid para cumplir el sueño de desarrollar sus inventos.
Uno de ellos ha llegado hasta el espacio, se trata de una bicicleta que se transformaba en camilla y otros elementos que podrían ser de gran utilidad para los astronautas.
Aquí en Madrid su trabajo se ha centrado en un perro guía robotizado que ayuda a las personas invidentes a llegar a su trabajo o a pasear por la calle con autonomía.
Al contrario de nuestros anteriores protagonistas, Lis Sebastián de la Cruz nació en Madrid pero cuando era muy pequeña se fue a vivir a Valencia pero, tras 40 años fuera, "volvió a Madrid para quedarse".
Aquí trabaja como restauradora en una de las galerías de arte más prestigiosas del mundo.
