En el siglo XIII York era una de las ciudades más importantes de Europa, y testimonio de esa grandeza es su catedral, la segunda catedral gótica más grande del norte de Europa, solo por detrás de Colonia, en Alemania.
En la actualidad es un templo anglicano y, si por fuera es imponente, su interior es aún más espectacular. Allí se encuentra la sepultura de grandes personalidades de la historia del país, y su arzobispado es uno de los más importantes de la iglesia de Inglaterra.
