Shenzhen es el centro de producción y ensamblaje de componentes electrónicos y smartphones más importantes del mundo: aquí se fabrican el 80 % de todos los componentes del planeta.
Desde finales de la década de 1970 Shenzhen atrae empresas electrónicas, que se instalan aquí por las ventajas fiscales, la destreza de los trabajadores en el manejo de piezas delicadas y pequeñas, y los bajos costes laborales.
En esta fábrica se ensamblan móviles de diferentes marcas, con precios muy bajos y una alta calidad.
La mayor parte de los componentes electrónicos son tan sensibles que hasta la electricidad estática de la ropa los deteriora. Al mismo tiempo, el grado de detalle del trabajo que se requiere de un empleado es muy alto, y los controles de calidad, muy exhaustivos.
