En el Sudeste de India viven muy pocos extranjeros pero nosotros hemos visitado a un grupo de madrileños que se ganan la vida allí. Con ellos conocemos una cultura muy distinta con una gran población musulmana e hindú y recorremos las calles atestadas de tráfico y negocios en plena calle donde puedes comer o pueden plancharte la ropa. La vida diaria se convierte en un viaje vertiginoso que, según nos dicen, hace que envejezcas más rápido. Con ellos aprendemos también que ser mujer en este lugar no es precisamente un camino de rosas, a no ser que seas extranjera, y en este país, aseguran, nunca dejas de ser estranjero, para bien y para mal. La discriminación por castas está prohibida, aunque en la práctica, se sigue produciendo. Tampoco lo tienen fácil para personas discapacitadas como las que cuida otra de nuestras protagonistas, y es que la desgracia aquí se asume como un castigo por algo que se ha hecho mal en una vida anterior.
A pesar de las dificultades, esta parte del planeta 'engancha': gastronomía, música, exotismo, experiencia, solidaridad... Muchas son las motivacione de nuestros madrileños en el Sudeste de India. Acompáñanos en este viaje...
