¡Qué calles más estrechas!

Hay calles en Madrid que son tan estrechas que es prácticamente imposible caminar por la acera sin tener que invadir la calzada. Se trata de un peligro para los peatones, sobre todo, en los tramos en los que postes de hilo telefónico plantados en mitad de la acera no permiten que quepa un viandante con un carrito de bebé o de la compra.