Hartos quizá de Halloween y celebraciones importadas, en El Molar han decidido recuperar la tradicional procesión de las ánimas que recorría el pueblo la víspera de Difuntos. La comitiva vestida de riguroso negro muestra el camino a las almas de los fallecidos con la ayuda de candiles. Y al terminar el recorrido nada mejor que recuperar fuerzas y quitarse el frío del cuerpo con un chocolate con churros o unos puches.
