Así ha dejado la habitación que okupaba el 'exespía ruso' en Villaviciosa de Odón
- Después de seis meses abandona la vivienda, debiendo más de 6.000 euros
El pasado mes de enero, conocíamos la pesadilla que vivía un matrimonio de jubilados de Villaviciosa de Odón, que tenía alquilada una de las habitaciones de su chalet a Felipe Turover, un exespía de la organización soviética KGB que no les pagaba. Después de seis meses, por fin se marcha de la vivienda tras llegar a un acuerdo.
El jueves 17 de marzo tenía lugar un juicio que se paralizó, después de haber llegado a un acuerdo entre la familia y el incómodo inquilino: él se iría el 30 de marzo antes de las doce del mediodía si ellos se comprometían a condonarle la deuda, que alcanza los 6.100 euros.
"Tener que aceptar este acuerdo es humillante, pero todos nos han recomendado aceptar el acuerdo de este okupa", declaraban
Acuerdo entre la familia y el 'okupa' de la KGB: se irá el 30 de marzo si le condonan la deuda de 6.000 euros
Por ende, hoy a las 9:45 horas, un equipo de Madrid Directo se ha acercado a la vivienda para comprobar si Felipe cumplía lo acordado. En nuestra llegada, le hemos pillado justo en el momento de abandonar el dormitorio y se ha negado a hablar con nosotros, mientras se movía a sus anchas por toda la casa.
Al parecer, no es la primera vez que deja a deber a sus vecinos. Los dueños han renunciado al dinero que les debe con tal de que se marche de la vivienda: "Este señor en nuestra casa no lo aguanto más. Nos ha destrozado la vida".
Una vez firmado el acuerdo, nos hemos vuelto a acercar a él, que nos ha reconocido, sin ningún pudor, que no se arrepiente en absoluto de lo que ha hecho. "En un primer momento era una persona muy agradable", declaraba el dueño de la vivienda.
Cuando el ‘okupa’ de tu casa en Madrid es un exespía de la KGB
Tras su salida, acompañamos a María, la dueña, a la habitación en la que ha estado viviendo su 'inquiokupa' para ver cómo la ha dejado después de seis meses. El polvo que se acumulaba en el suelo simulaba que no ha vivido nadie en su interior, las sábanas son las mismas que le dejaron en un primer momento y olía muy fuerte.
En el baño, las cortinas blancas de la bañera tenían chorretones negros, las toallas estaban tiesas y el lavabo y la taza del váter amarillas y con ceniza. "También rompió la pared cuando hizo el amago de suicidio. Esto no se puede reparar porque no se encuentran los mismo azulejos". Además, ha roto el toallero y una noche las ventanas.
