Hace 50 años una pareja de psicólogos, Amparo Martínez y Luis Arroyo, eran muy conscientes de las necesidades que tenían las personas con discapacidad intelectual y querían hacer algo por ellos. Ahora, eso que comenzó como un sueño es una realidad de 30.000 metros cuadrados y más de 700 empleados, la Fundación Juan XXIII Roncalli.
El objetivo es que las personas con discapacidad intelectual sean lo más autónomas posible. Por eso, desde la Fundación les enseñan a hacer la comida, limpiar la casa, a hacer manualidades, etc. con la finalidad de que el día de mañana puedan vivir de una manera mucho mas independiente.
Javier Arroyo, presidente de la Fundación e hijo de Amparto y Luis, nos ha contado cómo comenzó este proyecto allá por los años 60, con un primer colegio. Ahora, en sus instalaciones además de ofrecer formación dan empleo a trabajadores con discapacidad.
