Tienen una deuda con el Ayuntamiento de 300.000 euros por una concesión que son incapaces de pagar. Por lo tanto, ante la imposibilidad de saldarla, y la falta de un operador interesado en instalarse en estas dependencias municipales, el Ayuntamiento rescata la concesión.
Empezaron 80 puestos en el 74 pero cada vez son menos y con escasos recursos. Los comerciantes llevan ocho años de concesión y ya solo quedan 12 que no tienen capacidad para sostenerlo. Estos últimos puestos siguen abiertos porque los mayores del barrio sostienen sus negocios.
