España denegó 7 de cada 10 peticiones de asilo examinadas en 2015

España denegó 7 de cada 10 peticiones de asilo examinadas en 2015

España denegó el 68,5 por ciento de las solicitudes de asilo que examinó el año pasado, cuando recibió en torno a 15.000 peticiones y se pronunció sobre 3.000 casos, según los datos oficiales recogidos en el informe anual de CEAR, que denuncia el "alarmante retroceso" del derecho de refugio tanto a nivel nacional como europeo durante 2015.

El informe, presentado este jueves por el presidente de CEAR, Carlos Berzosa; y su secretaria general, Estrella Galán; detalla que pese al incremento registrado en la cifra de peticiones de asilo, que pasaron de 5.947 en 2014 a 14.881 según los datos provisionales de Interior, España volvió a recibir el año pasado "un porcentaje ínfimo", inferior al 1%, de todas las solicitudes presentadas en la Unión Europea.

Además, explica que aunque el número de peticiones se triplicó, la protección se redujo: se concedió el estatuto de refugiado a 220 personas, frente a las 384 que la obtuvieron en 2014; y se dio protección subsidiaria --asistencia similar pero de carácter temporal-- a otras 800, cuando en 2014 la recibieron 1.199.

Mientras, el porcentaje de personas que vio rechazada la protección subió del 56,14% en 2014 al 68,52% y "no se concedió la residencia por razones humanitarias a ni a una sola de las 2.200 personas a quienes denegó la protección internacional", conforme dice el informe. Para CEAR, es la prueba de que "el precario compromiso del Gobierno con las personas refugiadas menguó aún más en 2015".

"Resulta alarmante que frente al aumento de solicitudes de protección de personas que proceden de países en conflicto los índices concesión hayan disminuido. A esto hay que añadir que sigue identificándose un trato diferenciado hacia los solicitantes de origen sirio y los que proceden de otros países en conflicto como Ucrania o Malí, cuyos expedientes están "congelados" en espera de que los conflictos lleguen a su fin", denuncia la organización.

Según Galán, esta "discriminación" se traduce en que, pese a que el inicio de la actividad de los centros de solicitud de asilo en las fronteras de Ceuta y Melilla han comenzado a funcionar, esta mejoría solamente se ha traducido en un incremento de solicitudes de asilo de personas de nacionalidades concretas porque se impide a personas de otras nacionalidades llegar hasta ellas, especialmente en el caso de personas de origen subsahariano.

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