Más allá de la dispensación de fármacos, el futuro de la profesión farmacéutica pasa, entre otros aspectos, por la digitalización y una mayor participación en la prestación de servicios asistenciales. De este modo, por ejemplo, el acceso al historial farmacoterapéutico de los pacientes resulta esencial para hacer una labor verdaderamente asistencial, no sólo en el momento de la prescripción y el tratamiento, sino también en la etapa de prevención. Este es un argumento recurrente en el profesor Gonzalo Herradón Gil-Gallardo, decano de la facultad de Farmacia de la universidad CEU San Pablo, para quien conviene resaltar, de cara al ciudadano, que “nosotros los farmacéuticos somos los responsables de cuidar de toda la cadena de distribución de los fármacos para que lleguen al ciudadano en las condiciones perfectas para su uso seguro”.