Reinventarse para no morir por la covid... el Hotel Wellington reabre el 11 de enero

  • Hablamos con su director, José Rodríguez Tarín, que desde que cerró el hotel por la pandemia no ha querido 'abandonar el barco' y se ha quedado a dormir allí todos los días hasta hoy
  • Un spa de 1500 metros cuadrados o la remodelación de las cocinas y la recepción darán otro toque al nuevo Wellington post-pandemia
Reinventarse para no morir por la covid... el Hotel Wellington reabre el 11 de enero

Sin turistas, un tercio de los hoteles de la comunidad de Madrid permanecen aún cerrados. El futuro de muchos de ellos después de la pandemia es algo que preocupa y por eso muchos han optado por diversificar sus servicios y reinventarse. Este es el caso del mítico hotel Wellington -70 años de historia en plena calle Velázquez-, que ha aprovechado este tiempo de pandemia con el cierre echado para renovar sus instalaciones de arriba a abajo y ampliar su oferta de cara a la reapertura que tienen prevista el 11 de enero. En Buenos Días hablamos con su director, José Rodríguez Tarín: "A día de hoy solo hay abiertos en Madrid 10 hoteles de 5 estrellas y eso no es nada. Necesitamos un aliento, una ayuda de las admnistraciones en impuestos, en tasas, el IBI... Hablamos de una especie de rescate de la hostelería".

Mi cámara y yo: Hoteles en pandemia
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Todos los establecimientos que se han 'reinventado' lo han hecho para poder seguir manteniendo a sus empleados y es el caso del Wellington, asegura el director:"Hemos construído en este tiempo un spa de 1.500 metros, hemos remodelado las cocinas que estaban sin tocar desde los años 70, los salones de banquetes y la recepción"

Le Petit Marché se descubre en el Hotel Wellington
Le Petit Marché se descubre en el Hotel Wellington
Le Petit Marché se descubre en el Hotel Wellington

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Cuando vuelva a casa no sé si va a estar mi mujer

Este director decidió no abandonar el barco cuando la crisis sanitaria obligó a cerrar temporalmente el hotel y estuvo mucho tiempo durmiendo en una de las habitaciones del establecimiento: "Lo más duro fue despedir a los trabajadores y decirles que en dos meses no íbamos a contar con ellos, pero ya vamos para nueve meses. Cuando vuelva a casa no sé si va a estar mi mujer", asegura.

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