Un párking privado porque sí

Los vecinos del número 297 de Bravo Murillo han decidido agenciarse su propio aparcamiento privado. Han instalado unas barreras para controlar el acceso y han numerado las plazas. Y es que se trata de una propiedad privada pero de uso público. Los vecinos están encantados, y hasta han desarrollado una normativa interna, muy estricta, por cierto. Sin embargo, los comerciantes están que trinan, porque tienen que estar pendientes de facilitar el acceso y salida a los clientes.

El Ayuntamiento ya les ha notificado que deben quitar las barreras, pero los vecinos retan al consistorio. La batalla está servida.