Según la leyenda, la reliquia con la sangre de San Pantaleón llegó a Madrid desde Nápoles de la mano de Carlos III.
Son muchos los madrileños que cada año acuden a visitar el Real Monasterio de la Encarnación para ser testigos de un curioso fenómeno. Y es que todos los años en la misma fecha, el 27 de Julio, la sangre del mártir cambia de estado, pasando de sólido a líquido, dentro de la ampolla que la contiene.
No existe una explicación científica para este fenómeno que se repite anualmente desde hace cientos de años. Según la leyenda, si la sangre dejara de licuarse se avecinarían grandes catástrofes. Por este motivo, muchos califican este fenómeno de "milagro" y cada año miles de devotos desafían las altas temperaturas de estas fechas para ser testigos del cambio y para pedir sus deseos al Santo y besar la reliquia de uno de sus huesos que se guarda en el relicario del Monasterio.
