Quien más quien menos ha sufrido un accidente acuático con su teléfono que ha terminado en el lavabo, en el cubo de la fregona, en el váter o en el fondo de la piscina... Y, no nos engañemos, el truco del arroz no funciona. Para solucionarlo, un grupo de estudiantes madrileños ha patentado un producto que garantiza la reparación en solo siete minutos, paradójicamente, sumergiendo el aparato en un líquido. El porcentaje de éxito es de un 98%.
