Llegan las Navidades y con ellas las comilonas y cenas con la familia, con los amigos, y también con los compañeros de trabajo.
Muchos restaurantes de Madrid tienen ya todas sus plazas reservadas hasta el mes de enero. Sus paredes serán testigo de comidas y cenas de empresa que dejarán un sinfín de anécdotas.
En estas cenas siempre encontramos personajes típicos: Desde el que nunca va; al que se empeña en contarnos todo su amplio repertorio de chistes; pasando por el que se entrega a la fiesta sin límites, olvidando incluso que el jefe está delante.
Estas cenas son, sin duda, una buena oportunidad de disfrutar de la compañía de nuestros compañeros fuera del estrés del día a día, pero hay que tener mucho cuidado con los excesos. A veces la fiesta se nos va de las manos, por eso siempre conviene recordar que al día siguiente hay que regresar a la oficina y tenemos que volver a mirarnos todos a la cara.
