La madre de los niños tinerfeños fallecidos se inculpa de la muerte de los pequeños

  • Tanto la detenida, S.P.B., como su actual pareja, un hombre de 54 años, habían estado en tratamiento psiquiátrico hace años
  • Fue una amiga de la familia quien halló los cadáveres y quien, tras huir de la vivienda a causa de la brutal escena, dio la voz de alarma.

La madre de los dos niños cuyos cadáveres fueron encontrados ayer en Tenerife se ha inculpado de la muerte de los pequeños, ha indicado hoy el subdelegado del Gobierno en la provincia, José Antonio Batista, quien ha pedido "cautela" hasta que se realice la autopsia a los menores. Así lo ha manifestado el subdelegado del Gobierno en declaraciones a los medios de comunicación tras compartir un minuto de silencio en memoria de los pequeños fallecidos, una niña de 11 años y un niño de 5, y que convocó el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, ciudad en la que ayer se descubrieron los cuerpos.

José Antonio Batista ha informado de que la policía científica sigue hoy trabajando en la vivienda donde residía la familia, en la calle Primero de Armenia del barrio de Vistabella, y ha señalado que tanto la madre como su actual pareja se encuentran hospitalizados y bajo vigilancia policial. Ello ha impedido que hasta el momento se puedan tomar declaraciones, y la investigación policial aún "está dando los primeros pasos", dijo el subdelegado del Gobierno, quien precisó que la mujer se inculpó de la muerte de los pequeños en una primera instancia, cuando ayer llegaron al domicilio agentes de la Policía Local.

Ahora la madre de ambos niños está bajo control médico y sedada, por lo que "habrá que dejar pasar un tiempo antes de tomar una declaración formal", pues ese comentario de la mujer "tiene el valor que tiene", y hay un trabajo policial "que hay que seguir realizando".

La mujer, de 40 años, presenta algunas heridas de las que habrá que determinar las causas, y su pareja también está en tratamiento médico y bajo vigilancia policial, pero poco más se puede decir "e incluso hacer porque las circunstancias de estas personas en estos momentos no son como para dar muchos pasos", ha dicho.

En todo caso, no corre peligro la vida de ninguno de ellos, señaló el subdelegado del Gobierno en Santa Cruz de Tenerife, quien lamentó "este tristísimo hecho que ha desgarrado a la sociedad tinerfeña". Añadió que "poco se puede decir" porque la autoridad judicial ha decretado el secreto en las actuaciones, "y obviamente debe primar la prudencia, porque no es un caso que esté resuelto en todos sus flecos ni muchísimo menos".

Insistió José Antonio Batista en que la policía científica sigue en el lugar porque ayer no pudo trabajar "con todo detalle" al haberse descubierto los cuerpos por la tarde "y hacerse de noche". Precisó que aún no se puede determinar cuánto tiempo llevaban muertos los pequeños y las causas concretas del fallecimiento, pues aún no se ha realizado la autopsia.

Añadió que la policía no tiene constancia de "hechos significativos" que puedan relacionarse con este caso, aunque "al parecer había alguna denuncia por incumplimientos en el régimen de visitas de los pequeños, algo tristemente normal en parejas divorciadas", aunque no hay ningún antecedente "de violencia de género ni nada por el estilo".

Respecto a si habían actuado los servicios sociales en este caso, pues al parecer la pareja tenía problemas psiquiátricos, José Antonio Batista dijo que no lo sabe, aunque ahora la investigación está en la fase "de recabar documentación".

Sobre este asunto el alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez, dijo la Policía Local se había presentado en alguna ocasión en el domicilio familiar, pidió "dejar que la investigación continúe su curso" y señaló que el Ayuntamiento aportará toda la información que tenga para esclarecer los hechos.

Asimismo la Consejería de Educación, Universidades y Sostenibilidad del Gobierno de Canarias ha informado de que ha puesto a disposición del colegio Ofra-Vistabella, donde estudiaban los dos niños, un equipo de zona de orientación educativa y psicopedagógica para que preste asistencia psicológica a su alumnado y profesorado.

Asimismo, la Consejería se ha puesto en contacto con Cruz Roja para que también preste apoyo a la comunidad educativa del colegio con su equipo de profesionales de intervención psicológica, y ambos equipos se encuentran ya actuando en el centro.

CONMOCIONADOS

Fue una amiga de la familia quien halló los cadáveres y quien, tras huir de la vivienda a causa de la brutal escena, dio la voz de alarma. Una niña de once años y su hermano, un niño de cinco, fueron encontrados muertos en una casa de Santa Cruz de Tenerife, después de que sus familiares se extrañasen porque habían faltado dos días al colegio, en un suceso por el que ha sido detenida su madre, una mujer de 40 años.

En la vivienda donde residían los menores, situada en la calle calle Primero de Armenia de la capital tinerfeña, también fue hallado el padre del más pequeño de los hermanos, que está custodiado en una unidad psiquiátrica, con cortes en una muñeca y magulladuras.

Sin una versión más precisa de lo que había podido ocurrir a los menores, sólo ha transcendido que fueron encontrados por su tía materna, que avisó a la Policía de lo ocurrido, y que los investigadores barajan la posibilidad de que llevasen un par de días muertos, algo que todavía tiene que confirmar el informe forense. La tía de los niños había acudido ayer al domicilio a visitarlos, pero su hermana le dijo que estaban durmiendo y no pudo verlos.

Tanto la detenida, S.P.B., como su actual pareja, un hombre de 54 años, habían estado en tratamiento psiquiátrico hace años.

La tía de los niños ha relatado a la Policía que los niños se mostraban "cohibidos" en los últimos días y ha planteado la posibilidad de que su hermana hubiera recaído en una depresión.

El suceso ha provocado consternación y desconcierto en Vistabella, la zona de la capital tinerfeña donde residían los menores. Hasta ese lugar se han acercado varios familiares de los niños, entre ellos el padre de la niña, que sufrió una crisis nerviosa y tuvo que ser atendido por los servicios sanitarios.

"¿Dónde está mi niña, dónde está mi hija?", se lamentaba este hombre, al que sus parientes intentaban calmar, sin éxito.