Un grupo de turistas no olvidarán jamás su experiencia acuática en aguas de Gansbaii, en Sudáfrica.
Se metieron en una jaula para ver de cerca al gran tiburón blanco, pero en esta ocasión el escualo no hizo caso de cebo, y pensó que mejor era hincarle el diente a los jugosos turistas. Así que de una atacada, consiguió meter la cabeza en la jaula.
A punto estuvo de morder a uno de ellos que al parecer se había casado el día anterior.
El joven reaccionó rápido y consiguió zafarse de la hilera de dientes en el último segundo. Enlace al video de YouTube