Los psiquiatras descartan trastorno mental en Bretón pero es narcisista y acaparador

  • Bretón usó 250 kilos de leña y 80 litros de gasóleo para encender la hoguera
  • Un experto asegura que los hijos de Bretón no llegaron al parque

Los psiquiatras y psicólogos que han hecho un estudio psiquiátrico y psicológico de José Bretón, al que se juzga en la Audiencia Provincial de Córdoba acusado de dar muerte a sus hijos, Ruth (seis años) y José (de dos años), han llegado a la conclusión de que es un hombre "desesperado", que no perdona los agravios y que es excesivamente "rígido".

Esas son las principales conclusiones a las que han llegado el médico forense José Sáez, el jefe de la Unidad de Psiquiatría de Agudos del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, José Manuel Jaquotot, y la psicóloga del Instituto de Medicina Legal María José Nieto, quienes, por encargo del juez instructor del caso, llevaron a cabo el citado estudio psiquiátrico de Bretón y también un análisis de su personalidad, quedando claro que "no tiene ninguna patología psiquiátrica" y que tampoco sufre ningún "trastorno de personalidad, ni retraso mental".

NARCISISTA, CELOSO, ACAPARADOR...

Así lo ha destacado, en primer lugar, el doctor Sáez, quien ha señalado que Bretón presenta determinados "rasgos acusados de personalidad", tales como ser "obsesivo con lavarse las manos" y no tocar determinados objetos, como las puertas, o no sentarse en bancos de la calle.

Además, tiene "una excesiva sensibilidad a los contratiempos", lo que lleva a Bretón a carecer de "predisposición a perdonar agravios, no los tolera con facilidad". También es "narcisista, dependiente, celoso y reservado", pero todos estos rasgos "no llegan a configurar un trastorno de personalidad", aunque sí que conforman "su particular forma de ser".

De igual forma, según Saéz, Bretón, quien puso en duda la imparcialidad de los psiquiatras que le examinaron, diciéndoles que le habían condenado previamente por haber incluido en su informe opiniones negativas sobre él de familiares suyos, incluida su exmujer, conserva toda su capacidad de conocimiento y de voluntad, siendo capaz de controlar sus sentimientos, siempre que vea en ello un beneficio, siendo también "metódico, ordenado y rígido", especialmente con su mujer y sus hijos.

A ello se refirió también Jaquotot, quien ha dicho que Bretón "escoge las respuestas que socialmente son más aceptables, como muchas otras personas", es decir, "es manipulador, pero también lo son los políticos, y no es su rasgo más característico, pero sí es rígido, aunque no ha tenido mala relación con sus hijos", lo cual no impide que "no le guste cuidar de ellos y de la casa", eso, según el psiquiatra, "es algo que no entra en sus esquemas", pero "no es frío", ya que "tiene sus sentimientos, buenos y malos".

Ello no deja de lado su "rigidez", ya que "pone normas a los niños y a la mujer de las que no se pueden salir ni un ápice", de ahí que, cuando se queda en paro, "está desesperado, pues vive de lo que gana su mujer, no tiene trabajo, no vive en su ciudad, y en este contexto le deja su mujer, lo cual es mucho para él", sobre todo porque montó "una estrategia de regalos y cartas" a su mujer, para intentar recuperarla, "que no es habitual en él" y que "le falla, con lo cual aún se desespera más".

Por su parte, la psicóloga María José Nieto ha señalado que Bretón tiene "una inteligencia superior a la normal" y es manipulador, pues "manipuló casi todas las pruebas" a las que le sometió. Es más, lo primero que le dijo Bretón es que "había superado la manía de no tocar las puertas".

ORFIDAL

Por otro lado, otro médico forense, Jorge Moreno, ha explicado ante el tribunal, junto a Sáez y a la doctora especialista en Pediatría Josefa Magdalena Borrero, cuáles las características del Orfidal, destacando que es un medicamento indicado para el tratamiento de la ansiedad en adultos y que, normalmente, no se prescribe a los niños de corta edad.

En cuanto a que si, como mantienen la Fiscalía y la acusación particular, Bretón suministró de forma conjunta Orfidal y Motiván a sus hijos, la pediatra, por su lado, ha dicho que podría haber sido "un cóctel mortal" para los niños, "en teoría".

En cualquier caso, Borrero ha reconocido que "no hay ninguna prueba" de que el acusado suministrara ambos medicamentos a sus hijos, lo cual, en función de la cantidad de pastillas que hubieran ingerido cada uno, podría, "en teoría", haber llevado a los menores a "una somnolencia muy profunda, a un estado de coma e incluso a la muerte".

USÓ 250 KILOS DE LEÑA Y 80 LITROS DE GASÓLEO PARA ENCENDER LA HOGUERA

Técnicos en la lucha contra incendios de Córdoba han determinado que José Bretón, acusado de asesinar a sus dos hijos el 8 de octubre de 2011, usó más de 250 kilogramos de material vegetal y cerca de 80 litros de combustible para encender la hoguera que hizo ese día en la finca de Las Quemadillas.

El director en Córdoba del Infoca, el servicio contra incendios de la Junta de Andalucía, Eduardo Nicolás Dueñas, ha explicado en la sesión de hoy del juicio que los puntos de observación con los que cuentan detectaron una "gran columna de humo" en la zona del polígono de Las Quemadas, que no tenía su origen en un incendio forestal.

Ha añadido que el fuego se debía a "algún tipo de combustión" y que, según los datos recogidos, la "potente" columna de humo alcanzó una altura de más de 395 metros desde el suelo.

Por su parte, el subdirector de Infoca en Córdoba, César Vicente Fernández, ha detallado que, basándose en los datos aportados por la policía judicial, se llevó a cabo una reconstrucción de la hoguera que determinó los materiales que Bretón pudo usar en el fuego.

El informe de los técnicos señaló que en dicha hoguera se utilizaron más de 250 kilogramos de material vegetal y cerca de 80 litros de combustible acelerante, como puede ser el gasóleo, mientras que se alcanzó una temperatura superior a los 1.000 grados.

El subdirector del Infoca ha precisado que la columna de humo se detectó "sin ningún género de duda" sobre las 17.00 horas del 8 de octubre de 2011 en el entorno de la finca de Las Quemadillas.

Ha añadido que en un primer momento la hoguera se encendió con material vegetal y orgánico de cualquier tipo, mientras que en otra fase se añadieron acelerantes a base de hidrocarburos y de forma "dosificada" para "evitar una explosión". Finalmente, según la reconstrucción, la hoguera "se dejó apagar" ya que con el paso de las horas "seguían vivas las ascuas" del fuego.

UN EXPERTO ASEGURA QUE LOS HIJOS DE BRETÓN NO LLEGARON AL PARQUE

Paralelamente, el experto del Observatorio Astronómico de la Universidad de Valencia Vicent Peris ha asegurado que los hijos de José Bretón, acusado de asesinarlos el 8 de octubre de 2011 en Córdoba, no llegaron al Parque Cruz Conde, donde el imputado afirma que los perdió.

Peris ha hecho estas declaraciones a su llegada a la Audiencia Provincial de Córdoba, donde ha sido llamado a testificar por la abogada de Ruth Ortiz, María del Reposo Carrero. Este experto demostrará, a partir de un estudio sobre las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad del entorno del Parque Cruz Conde, que los niños "no iban en el coche" con su padre mientras éste estuvo allí.

Para ello, ha explicado que se basa en el análisis de las imágenes y, sobre todo, en el vídeo grabado por una de las cámaras, así como en "técnicas bien fundamentadas" que revelan que "el asiento trasero va vacío".

Asimismo, también prestará declaración por parte de la acusación particular la doctora especializada en pediatría Josefa-Magdalena Borrero. Ha señalado ante los periodistas que si bien desconoce si Bretón suministró Orfidal y Motiván a sus hijos, no tiene dudas de que esta mezcla de medicamentos podría haber sido "un cóctel mortal" para los niños.

En este sentido, la pediatra ha sostenido en todo momento que "no hay pruebas" de que Bretón utilizara estos medicamentos para dormir a sus hijos, y que, en el caso de que así hubiera sido, una pequeña dosis hubiera bastado para llevarlos a una somnolencia muy profunda, a un estado de coma e incluso a la muerte, que podría haberse producido en un lapso de tiempo que va de media hora a dos horas.