La proliferación de conejos amenaza con deteriorar vías de tren en Madrid

  • Móstoles, Leganés, Fuenlabrada, Getafe y Alcorcón son los que se han visto más afectados

La proliferación de conejos en zonas de Madrid próximas a núcleos urbanos, donde han acabado "acorralados" por vías de transporte y nuevos desarrollos urbanísticos, ha puesto en peligro de deterioro infraestructuras ferroviarias junto a las que construyen sus madrigueras, principalmente al sur de la región.

Los municipios de Móstoles, Leganés, Fuenlabrada, Getafe y Alcorcón son los que se han visto más afectados por este crecimiento descontrolado de la población de conejos ocurrido en la Comunidad de Madrid en la última década.

Así lo han confirmado fuentes de la Consejería de Medio Ambiente, que descartan hablar de la existencia de plagas y recalcan que la profusión de estos animales no ha llegado a provocar daños graves a la población.

Las asociaciones ecologistas señalan entre las causas principales de este fenómeno la fragmentación del hábitat provocada por la construcción de infraestructuras lineales, como carreteras o vías de tren.

También apuntan a los nuevos desarrollos urbanísticos, que han provocado la reducción del espacio natural en el que vivían los conejos y los ha confinado en zonas cada vez más próximas a los núcleos urbanos.

Todo ello ha llevado a que hoy en día sea habitual ver decenas de conejos en rotondas de barrios del sur de Madrid como Santa Eugenia, en el distrito de Villa de Vallecas, o en el césped de los laterales de la carretera de Valencia a la altura de Moratalaz.

"Se han ido acercando porque no han tenido depredadores", explica a Efe el biólogo de la oenegé Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (Grefa) Juan Martínez, que trabaja en proyectos de seguimiento de especies amenazadas.

Y es que en estos puntos de la región no sólo no es posible la caza, debido a la proximidad de la población, sino que tampoco suele haber rapaces ni búhos, depredadores naturales de los conejos, por la existencia de cables de alta tensión.

Entre los casos significativos, destaca el de Torrejón de Velasco, localidad ubicada entre la Autovía de Toledo y la R-4 y cerca de la que discurren líneas de tren.

Allí, los conejos se han visto "acorralados" por todas estas infraestructuras y, dada su facilidad para reproducirse, han proliferado en los desniveles de terreno próximos a las carreteras y las vías de tren, donde construyen sus madrigueras.

Este tipo de suelos, arenosos y fáciles de excavar, son ideales para la crianza de los conejos, que suelen vivir en terrenos esteparios y con abundancia de cereal, según cuenta el biólogo de Grefa, que subraya que estos animales no suponen ningún peligro para la salud del hombre porque no transmiten enfermedades.

La proximidad de los conejos a las vías de tren puede llegar a producir daños en estas infraestructuras, según confirman fuentes de Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias).

Aunque indican que este año no hay "focos importantes" de conejos en la Comunidad que afecten a las infraestructuras de tren, reconocen que "hay algunos puntos concretos de la red ferroviaria en los que se ha detectado mayor presencia de estos animales".

En concreto, desde Adif han citado la línea de cercanías C-2 entre las estaciones de Vallecas y Santa Eugenia, un tramo de la C-4 a su paso por Getafe y otro de la C-5 en Fuenlabrada.

Recientemente, Adif incluyó entre sus labores de mantenimiento el control de posibles plagas de conejos, tanto en las vías de la red convencional como en las de alta velocidad, un hecho que tiene especial incidencia en áreas de Castilla La Mancha, donde han tenido que reforzar el vallado de las infraestructuras.

La presencia excesiva de conejos puede provocar socavones en la zona superficial de los terraplenes y trincheras e, incluso, dañar las líneas de comunicación y señalización.

En la Comunidad de Madrid no se ha llegado a este punto, pero sí ha sido necesario poner en marcha operaciones de descaste para evitar su proliferación, casi siempre a petición de Adif o de los dueños de estos terrenos, que se quejan de los daños que los conejos provocan en sus cultivos.

Para ello hay que pedir permiso a la Consejería de Medio Ambiente, que cuenta con personal propio para actuar en estas zonas concretas de proliferación de conejos, a los que atrapan a través de hurones que facilitan los propietarios del suelo.