La escritora peruana Gabriela Wiener está convencida de que la "revolución de las pibas" en Argentina es "imparable" y ha contagiado al resto de Latinoamérica, tras lograr que el Parlamento argentino aprobara el derecho al aborto el pasado 14 de junio.
Wiener se expresa así en un artículo titulado "La trinchera argentina", en el que resalta que las argentinas "han despertado consciencia feminista y no van a permitir ni un paso atrás en el avance por los derechos de las mujeres en ese continente".
"El feminismo se ha vuelto la principal fuerza social de la actualidad", matiza la poeta y también periodista, al reconocer que "el aborto siempre fue la piedra en el zapato de los políticos argentinos, hasta de los que estaban identificados con cierta progresía".
Explica que la anterior presidenta, Cristina Fernández, "pudo con el matrimonio igualitario pero no con el derecho a decidir de las mujeres", lo que deja en evidencia "una Argentina que no era tan conocida para el mundo: la de un ultraconservadurismo oscuro y clerical".
"Sin embargo, la vieja lucha de experimentadas feministas que ya cumplía tres décadas de resistencia dio frutos cuando la campaña por su legalización se convirtió en la revolución de las pibas. Se daba así el pistoletazo de salida a otro modo de hacer política y quedaba en evidencia la crisis del politiqueo clásico", argumenta.
En la jornada más larga del Parlamento argentino, "los congresistas a favor del proyecto de ley batallaron con los principales argumentos: no se trata de estar a favor o en contra del aborto, se trata de estar a favor o en contra del aborto clandestino".
Para Wiener, es "un tema de salud pública".
"La demostración de que la revolución de las pibas es imparable es que al día siguiente, otros países, como Brasil, Perú, México, Costa Rica, República Dominicana y Venezuela, presentaron sus propias campañas para la legalización del aborto", resalta.
Según la escritora feminista, solo en Cuba y Uruguay hay aborto libre, y en algunos países se acepta las causales de violación o malformación del feto y peligro para la madre, pero ahora "la nueva sangre empuja con fuerza" en Latinoamérica.
